miércoles, 12 de octubre de 2011

Efemérides: ¡Quiera el pueblo votar!

Saenz Peña modificó la historia argentina

En esta nueva sección hablaremos de hechos que ocurrieron en la misma fecha del día corriente pero en años anteriores, las denominadas efemérides. Es común que el 12 de octubre recordemos el día que Cristóbal Colón arribó a lo que después sería América y dio origen a las colonizaciones por parte del Viejo Continente en estas tierras. Pero además de ese importante suceso, en esa fecha pero más de cuatro siglos adelante, asumió un presidente que marcaría un antes y un después en la historia argentina.

Busto de Saenz Peña en el Tigre

El 12 de octubre de 1910, José Figueroa Alcorta le traspasó el mando del país a Roque Sáenz Peña en medio de un clima de tensiones, huelgas constantes y una población en plena maduración y consolidación.  Abogado, político y diplomático, fue quien puso fin a una era de fraudes y exclusión por medio de la ley que llevaría su nombre. En 1909, Sáenz Peña había regresado de Europa, donde había sido testigo de los buenos resultados que arrojaba la ampliación del sufragio y la modernización de los estatutos.
La ley Roque Sáenz Peña, aprobada en 1912, proponía el voto secreto, universal y obligatorio. Lo secreto tendía a evitar cualquier injerencia del gobierno en los comicios, mientras que el carácter obligatorio apuntaba a incorporar a la ciudadanía a una masa de gente que no manifestaba mayor interés en hacerlo. Con su famosa frase: “¡Quiera el pueblo votar!, Saenz Peña presentó el proyecto.

La salud fue la gran enemiga del ex presidente
 
Además, la reforma electoral establecía la representación de mayorías y minorías. Las primeras elecciones depararon una fuerte sorpresa para quienes habían diseñado la modificación: los partidos tradicionales ganaron en muchas provincias. Los radicales se impusieron en Santa Fe y en la Capital, donde los socialistas obtuvieron el segundo lugar. La perspectiva del triunfo arrastró a mucha gente al radicalismo, que en esos años se convirtió en un partido masivo.
A comienzos de 1913, la salud del gobernante empezó a deteriorarse. En octubre se vio obligado a delegar su autoridad al vicepresidente Victorino de la Plaza. El 9 de agosto de 1914 falleció, dos años antes de finalizar su mandato. Cuatro años de presidencia le alcanzó para dejar su sello en la historia nacional. La reforma electoral cambio para siempre la política argentina y además de democratizar el país, permitió el ingreso a la misma a sectores que no habían tenido mayor incidencia.

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