viernes, 4 de noviembre de 2011

Un acercamiento con el Malo

Cristina y Obama intentarán reforzar la relación entre ambos países
             La presidente Cristina Fernández de Kirchner y su par estadounidense, Barack Obama, se comprometieron a trabajar en conjunto para “construir” una relación bilateral fuerte y unida. Tras esta noticia, me surgieron dos sentimientos totalmente opuestos, aunque uno más fuerte que el otro. Entiendo el posible crecimiento económico que se podría llegar a obtener, estos asuntos son siempre impredecibles, por un lado. Por el otro, es tal la antipatía que ha creado en mí Estados Unidos a lo largo de la historia que ha puesto  en dudas sus intenciones, siempre beneficiarias a su imperio.  A continuación, recordaremos algunos puntos de su macabro comportamiento con respecto al mundo y, por supuesto, a Argentina.
A lo largo de la edad contemporánea, Estados Unidos vio cómo su economía se ensanchaba y su país se convertía en potencia mundial y “ejemplo” para todas las demás naciones.  Con el afán de auto endiosarse, no tuvieron escrúpulos a la hora de invadir países o declararles la guerra, colocar gobiernos de facto o manejar los medios de comunicación.
El primer punto es una historia conocida. EEUU siempre tuvo la necesidad de inventar un enemigo al cual poder atacar y, de paso, extraer sus riquezas. En su momento lo fue la Unión Soviética, que luego de la caída del Muro de Berlín en 1989 vio como sus fuerzas se desvanecían y caían en manos de las estadounidenses. El capitalismo derrotaba al comunismo, aunque no por completo. La ideología que pregonaba la Unión Soviética sobrevivió a las garras del imperialismo estadounidense tanto en Cuba como en China y Vietnam, por lo menos en la teoría, ya que ninguno de los tres gobiernos practicaba íntegramente el comunismo.
La revolución cubana que en 1959 derrocó al dictador Fulgencio Batista no estaba integrada por jóvenes del Partido Comunista. Además Cuba tuvo que aceptar capitales extranjeros en el ámbito turístico debido a su delicada economía, producto del bloqueo comercial que le había impuesto Estados Unidos. Por su parte, China y Vietnam se acercan más al capitalismo que al comunismo en la práctica. En la teoría el comunismo sobrevivió, pero no en la práctica.
Lamentablemente, para un país subdesarrollado, las ideas que un político va a proponer en dicha nación tienen que tener como protagonista principal a Estados Unidos y a Gran Bretaña. Entre ellos, manejan los hilos de gran parte del planeta a su antojo.
En medio de la Guerra Fría, los norteamericanos tuvieron un nuevo rival, Vietnam. Entre 1964 y 1973, EEUU apoyó a Vietnam del Sur en el enfrentamiento que mantuvo con Vietnam del Norte, auxiliado por la URSS. Ante la férrea defensa de los vietnamitas del norte, la presión de la opinión pública y diversos tratados de Paz, Estados Unidos se vio obligado a retirarse de la contienda. Este hecho está marcado como la primera derrota de los norteamericanos en un enfrentamiento militar. La guerra siguió unos años, hasta que en 1975, Vietnam del Norte tomó el poder del país e instauró un gobierno comunista.
Los enemigos de esta era son Afganistán e Irak, este último por poseer grandes cantidades de petróleo, el oro de la época. El atentado contra las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, fue el motivo para que Estados Unidos haya invadido el país árabe, extraído el petróleo y asesinar a su pueblo. Un atentado en el cual rondan muchas suspicacias. Paredes de los edificios caídos como en una demolición (hacia adentro), la familia Bin Laden saliendo del país pocos días después de la tragedia y la clara muestra de los únicos beneficiados de todo esto, las grandes empresas petroleras y los clanes familiares.
Estados Unidos, presidido por George W. Bush y en medio de la ceguera que crea el dinero y el poder, no sólo invadió Afganistán sino también lo hizo en Irak, un país que nunca los había atacado a ellos. A pesar de eso, los militares estadounidenses no tuvieron el menor de los miramientos a la hora de asesinar a la población iraquí, entre ellos bebés, discapacitados o ancianos con la simple excusa de que había que eliminar el terrorismo en el mundo. Esto no parece realmente una guerra. Primero cayó Kabul y luego la sucedió Bagdad entre terror, espanto y lágrimas. En cuanto al objetivo militar, el enfrentamiento ha tenido un resultado menor al esperado. Lo que EEUU no se puede permitir es una nueva derrota como en Vietnam, por lo tanto mudó la idea de ganar la guerra por la de no perderla.
 Barack Obama, actual presidente de Estados Unidos, había incluido en su plataforma política la salida de las tropas militares de Irak, algo que todavía no cumplió. Más allá de que la cantidad de soldados habitando en el país asiático es menor que cuando asumió, las fuerzas americanas y el dolor aún persisten. La sanguinaria aventura militar se cobró la vida de 4.400 soldados, más de 30.000 uniformados heridos y ha valido más de 736.000 millones de dólares. Habiendo millones de personas que mueren de hambre, Estados Unidos destina una increíble cantidad de dinero en una guerra que sólo genera beneficio propio, una clara muestra del individualismo que caracteriza a los gobiernos norteamericanos. George Bush, un personaje ignominioso para gran parte de la población mundial, fue uno de los principales protagonistas de esta masacre.
Lo único que dejó Irak, como todas las guerras, fue dolor.

El segundo punto se trata sobre la imposición de gobiernos de facto por Estados Unidos o dictaduras que recibieron el apoyo de EEUU, ayuda prácticamente vital para que un totalitarismo perdure en esta era.
En Argentina, el Proceso de Reorganización Nacional que derrocó a María Estela Martínez de Perón el 24 de marzo de 1976 recibió apoyo económico y armamentístico por parte de los Estados Unidos. Además, bajo la Doctrina de Seguridad Nacional, los norteamericanos implementaron totalitarismos en Brasil con Geisel, en Paraguay con Stroessner, en Uruguay con Bordaberry y en Chile con Pinochet. La DSN expresaba la necesidad de instalar el orden en Latinoamérica, una excusa para que EEUU meta sus narices en esta zona.
Por su parte, Alfredo Stroessner, dictador paraguayo durante 35 años (1954-1989), mantenía una buena relación con el gobierno estadounidense. La pregunta era: ¿Por qué Estados Unidos se preocuparía por un territorio tan chico como Paraguay? El país guaraní se encuentra entre Brasil y Argentina, las dos potencias de America Latina, y ese podría ser un buen asentamiento para las garras del comunismo y desde allí expandirse.
En el libro El gran supremo de Bernardo Neri Farina, una gran biografía de Alfredo Stroessner, el periodista explica la relación que tenía el dictador paraguayo con el ex presidente estadounidense Dwight David Eisenhower. “Eisenhower fue un aliado más a Stroessner a quien trataba de mi “leal amigo” y llenaba de recursos económicos para tentar el crecimiento del Paraguay. Entre 1954 y 1960 el Paraguay recibió aproximadamente 30 millones de dólares de ayuda norteamericana, una cifra fabulosa para aquellos tiempos.”. Que ironía del destino, “leal amigo”. Hoy Obama catalogó a Cristina como su “amiga”.
La dictadura de Augusto Pinochet también recibió favores por parte de Estados Unidos. Primero para derrocar al gobierno del inolvidable Salvador Allende y luego para mantenerse en el poder por casi 17 años (1973-1990). El primer indicio del acercamiento a un golpe de estado en Chile fue el asesinato del Comandante en Jefe, el general René Schneider, un gran apoyo de Allende en el ejército. En el documental denominado Salvador Allende, el embajador estadounidense en ese momento en Chile, Edward Korry, habla sobre el apoyo brindado por parte de EEUU para perpetrar el golpe. Aquí trasladamos una parte de la entrevista que brindó Korry.
¿Cuál fue la reacción de Richard Nixon ante la elección de Allende?
Bueno, yo no estaba allí pero sí que puedo relatarle los hechos que ya conocemos hoy. Ordenó a la CIA que no permitiera que Allende asumiera la presidencia.
¿Cómo?
Exactamente no lo sé, solo sé que expresó su deseo de no permitir que Allende asuma la presidencia y le comunicó a la CIA que hiciera todo lo que tuviera al alcance de su mano
¿Y eso incluía un golpe militar?
Sin lugar a dudas incluía un golpe militar. De hecho en cuanto Allende ganó las elecciones quisieron que yo presionara a la derecha militar chilena. Después de aquello, tres de los generales más importantes se reunieron con nuestro agregado militar, Goldman, para preguntar cuál era la posición de Estados Unidos y pidieron su apoyo para perpetrar el golpe de estado.
Cuando se habla de la muerte del general Schneider y el papel de la CIA, hoy se sabe que se trasladaron armas y municiones desde Washington a Chile por medio de una valija diplomática. ¿Tenía conocimiento de eso?
Claro que no. Porque cuando Kissinger y el presidente de la CIA testificaron ante el Comité, un Comité ante el que no se me permitió testificar, dijeron que no metan en esto al embajador, no se lo cuenten. Pero yo lo supuse.
¿Qué le dijo Nixon cuando se reunió con él en la Casa Blanca?
Me saludó cálidamente y le dijo a Henry (Kissinger): “El embajador nos cuenta todo tal y como es”. Y empezó a soltar un discurso de cinco minutos sobre cómo iba a aplastar a Allende. No paraba de golpear su puño contra la mano. Y que lo destruiría y lo hundiría económicamente. Que iba a exprimirlo económicamente.
El 11 de septiembre de 1973 un golpe militar comandado por Augusto Pinochet y Estados Unidos desde las sombras, derrocó a Salvador Allende, quien ante la pérdida del poder y el asedio de los militares se suicidó. El mundo perdía, nuevamente, a un gran idealista.
Salvador Allende, aliado de Cuba, había desafiado a Estados Unidos

Las dictaduras en Latinoamérica sólo propiciaron retrocesos, injusticias y muertes. El Plan Cóndor fue uno de los acuerdos más terribles y horrorosos que se hizo entre distintos países. Promovido por el gobierno militar de Chile, el Plan Cóndor básicamente consistía en una labor conjunta entre Chile, Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia, con la ayuda incondicional de la CIA, para eliminar, cueste lo que cueste, al comunismo, el marxismo y la izquierda. Para los exiliados ya no era un lugar seguro ni siquiera un país limítrofe, por lo que tenían que buscar sus asentamientos en sitios más alejados de sus tierras. Otros fueron capturados en su exilio y devueltos a su país natal. Una época aterradora de América Latina en la cual la zona se vio claramente perjudicada tanto económica como socialmente. Los hilos del títere los manejaba EEUU.
El tercer y último punto se trata sobre los manejos de Estados Unidos dentro de los medios de comunicación. El periódico y la radio fueron una innovación en su momento. Con la llegada de la televisión, los medios comenzaron a tener mayor influencia sobre la sociedad. Y con el arribo de la Internet, los gobiernos supieron que manejar los medios era manejar una gran parte de la población. Por lo tanto, los mandatarios estadounidenses, con ayuda de los clanes familiares y las megas corporaciones petroleras, manipularon la información complaciendo siempre sus necesidades. Muchos dictadores utilizaron a los medios como instrumentos de propaganda y muchas veces, el periodismo cedió su dignidad y su credibilidad por el mísero valor del dinero.
La guerra de Vietnam fue uno de los comienzos del periodismo de guerra. A través de imágenes por la televisión, la sociedad estadounidense se enteraba de cómo su país iba en la guerra. Debido a que el resultado de dicha contienda no fue favorable para Estados Unidos, se callaron muchas voces con respecto al tema y cada vez se habló menos de la derrota sufrida por el ejército americano en manos de los vietnamitas.
Algo similar ocurrió con la Guerra de Malvinas que tuvo como protagonistas a Argentina e Inglaterra. En 1982, nuestra nación era presidida por uno de los personajes más macabros de la historia nacional, Leopoldo Galtieri. Dicha guerra fue el manotazo de ahogado que intentó una dictadura en plena agonía. En medio del pánico y el malestar social, Galtieri envío al enfrentamiento a jóvenes sin experiencia que tenían enfrente a un ejército más preparado y con una diferencia de armamentos increíble. El título “Estamos ganando” que utilizó la revista Gente, dirigida por Samuel Gelblung, reflejaba la posición que tomó la prensa en aquellos años. Lamentablemente, la única información que tenía la sociedad era esa. La Guerra de Malvinas fue clave para la caída del régimen totalitario y la vuelta de la democracia.
La batalla de esta era contra Afganistán e Irak tuvo todo un movimiento periodístico detrás. Mientras Bush se llenaba la boca en sus discursos, amenazando al terrorismo, a Bin Laden y a Al Qaeda, los medios de comunicación impregnaban el miedo y el caos en toda la nación americana. En el documental dirigido por el gran cineasta Michael Moores que trata sobre el atentado a las Torres Gemelas, se puede ver fracciones de noticieros estadounidenses que trasmiten pavura, angustia y odio hacia el terrorismo. El ejército aprovechaba y reclutaba soldados jóvenes para la aventura militar de Bush y sus amigos en el continente asiático.
Si la prensa hubiese sido más valiente, generosa y eficaz habría desenmascarado a muchos maléficos personajes de la historia. Pero no lo pudo lograr, y hay misterios que todavía siguen en las sombras. Injusticias que no se logran escuchar, voces que intentan romper el silencio sin poder quebrarlo.
Estados Unidos es uno de los mayores responsables de la terrible pobreza que existe en el mundo, de las innumerables injusticias que se cometen a diario en nuestro planeta y de las peores atrocidades que se han cometido en estos tiempos.

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