jueves, 17 de noviembre de 2011

Vivencias de un pasado aterrador

Emiliano Costa fue víctima del terrorismo de Estado
      
         La mejor herramienta para conocer la historia son los testimonios de los que vivieron aquellos hechos a los que uno quiere acercarse. Mas aun, si fueron protagonistas en esos episodios. Emiliano Costa, ex Montonero de 62 años, viudo de Victoria Walsh, hija de Rodolfo Walsh, nos cuenta sus experiencias vividas en aquellos años, su militancia, su opinión sobre la cúpula de la agrupación, la relación Montoneros-Perón y los errores estratégicos que tuvo la organización guerrillera más importante de Latinoamérica en esa época, entre otras cosas.

¿Cómo llega Montoneros a tu vida?
Cómo llego yo, tiene que ver con la historia de nuestro país en esos años y de dónde veníamos. Qué había pasado y qué venía pasando en la sociedad desde unas décadas atrás. Entonces hay que remontarse a unos cuantos años atrás. Las luchas populares, como las represiones, como las formas de ir imponiendo distintas políticas, hay casi un hilo conductor a lo largo de la historia que se expresa enlazado con las circunstancias y las coyunturas internacionales que afectan y que marcan el desarrollo de un país dependiente como la Argentina. Todo tiene un poco su antecedente histórico y su precedente inmediato en  la realidad que va viviendo. La realidad que vivió nuestra generación, la mía, la que hoy tiene alrededor de los 60 no conocimos lo que era la democracia. Lo que vivimos desde muy chicos era la imposición de determinadas políticas y la mayor o menor aceptación de dependencia de los gobiernos civiles pseudodemocráticos, porque en general llegaban al poder condicionados, no tenían nada que ver con la democracia. O sea, se mantenía entonces al gobierno si los sectores dominantes, las fuerzas armadas, la iglesia, estaban de acuerdo con lo que se decía y si no no. Eso fue todas las interrupciones de los procesos muy breves democráticos que se vivieron después de la caída del peronismo en la sociedad argentina. Entonces, la realidad me golpeó a mí, me acercó a mí, a través de las distintas instancias que iba viviendo. Yo empecé una carrera universitaria, después cerraron la facultad por un año. No tenía posibilidades de elegir. Lo único que uno veía y percibía era un país dividido en dos, donde las clases populares planteaban un pasado y vivían un sueño de una sociedad que había sido más justa y los militares como factor de poder decidían qué es lo que se hacía y no se hacía. Entonces en ese marco primero las luchas, las incidencias tanto internacional como nacional, es decir los antecedentes como el Cordobazo, las luchas obreras, sobretodo la resistencia peronista del 55 en adelante. Después los movimientos sindicales y muy inmediatamente lo que era la figura heroica del Che, su muerte en Bolivia, el triunfo de la Revolución Cubana, que había sido como un faro que en realidad se podía luchar contra eso, contra los milicos, contra el imperialismo, que se podía luchar de una manera determinada y eso vinculado a todas estas cosas fue llevando a que la única salida, la única posibilidad que unos veíamos por ahí la mayoría de los jóvenes que estábamos más comprometidos con la realidad, o sea que estábamos buscando una participación, era que la única manera de luchar con la fuerza es la fuerza
Unas de las críticas que se le hizo a Montoneros fue utilizar la violencia y no buscar otra salida a la situación. ¿La lucha armada era la única forma de vencer o había otra alternativa?
No, yo no creo que era la única forma. No sólo creo que no era la única forma sino que no era la forma. Tampoco era el camino y evidentemente no lo fue. Lo que pasa es que nosotros, como generación y en esa época a los 20 años no conocíamos otra experiencia mejor. No vivíamos esos valores. Y era un problema esto también en el marco y en la coyuntura internacional en la región. Entonces yo no lo estoy diciendo como valorizándolo. Nosotros no conocimos otra salida, nos costó mucha sangre, mucho sufrimiento, muchos errores darnos cuenta, algunos, otros quizá nunca lo hicieron, de que en realidad el camino era otro y era muy difícil planteárselo en esas circunstancias. Hoy uno lo ve y lo piensa de otra manera y el camino era otro. También hay que pensar otra cosa y que es no solamente la justificación de la lucha armada y la violencia tampoco está solamente en el resultado inmediato. Yo creo que por ejemplo juzgar lo que fue la muerte del Che en Bolivia por su fracaso como movimiento foco guerrillero en Bolivia es ignorar varias cosas que tienen que ver con su trascendencia en el imaginario, en los sueños, en las utopías universales. La figura trasciende el hecho mismo del triunfo, del éxito o del fracaso inmediato. Inclusive muchas veces puede luchar no porque piense que va a vencer sino porque piense que no tiene otra alternativa más que luchar. Porque hay que resistirse por más que pueda o no pueda vencer. Como ha pasado con el nazismo, con el fascismo o con otro movimiento que era de un poder absoluto y total en un momento determinado y bueno, uno como ser humano tenía la posibilidad de elegir y decir bueno me rindo, me entrego o lucho, resisto aunque sepa que no tenga  posibilidades de triunfar. No es que lo reivindique pensando en las organizaciones armadas y los años setenta. De alguna manera veo hoy autocríticamente no el hecho de que se pudo haber triunfado o se podía haber ganado o no, sino el hecho de que posiblemente el camino era equivocado. Entonces en ese  camino se cometieron muchos errores y uno terminó, no utilizando exactamente los mismos métodos, porque los métodos utilizados por los milicos y por el terrorismo de estado fueron aberrantes y por eso son calificados crímenes de lesa humanidad y los prescriben, utilizando la tortura, la desaparición, sino porque en algún momento determinado responder a la violencia con la violencia solamente nos fue separando de lo que en los mismos sectores populares veían como propio. Además, y esto también es una autocrítica necesaria, aún y a pesar de la imperfecta democracia que era el gobierno de Isabel Perón después de la muerte de Perón, era un gobierno elegido por el pueblo.
¿Cómo era la relación del Movimiento con Perón durante el exilio y luego del retorno?
La relación fue muy cambiante. La relación con Perón primero fue de una gran identificación de ambas partes. Un gran impulso dado por él a la lucha armada a lo que él llamaba las formaciones especiales. Porque Perón llamaba formaciones especiales. Porque tenía una visión desde el movimiento donde la guerrilla o la lucha armada era una formación especial dentro de un dispositivo general. Nosotros en ese momento con otro tipo de ideas veíamos a lo que llamábamos las OPM (Organizaciones Político Militares) como la vanguardia, la conducción de la lucha popular en el terreno y a Perón mas bien como a un líder estratégico puesto en otro sector. Después eso fue hasta que Perón volvió o hasta que se llegó al gobierno con Cámpora.
¿El asesinato de Rucci fue uno de los peores errores estratégicos que cometió Montoneros?
Yo creo que sí. En realidad, yo creo que la muerte de Rucci se da en el marco de una estrategia general. O sea, no es el error. El error es haberse planteado la respuesta a la violencia con más violencia en ese momento dentro del cual estaba englobado lo de Rucci. El error globalmente, porque no fue solamente Rucci fueron otros, otros actos, que se sucedieron y que generaron toda esa situación. La figura de Rucci es más bien emblemática.
¿Qué fue a buscar Montoneros y qué se encontró en la denominada Operación Traviata?
La muerte de Rucci se da en el marco de un nivel de enfrentamiento cada vez mayor y que había tenido el punto más alto con lo que se llamó La Masacre de Ezeiza, el 20 de junio de 1973. Hasta ese momento había sido el desarrollo del crecimiento de la organización. Cada vez más cerca del poder, cada vez más cerca de Perón, del gobierno y ahí por un lado se produjo un punto de inflexión, un quiebre en la historia. Y ese fue un hecho, uno más de esa cadena, del que participaron un montón de personajes de la derecha peronista, entre ellos Rucci y sus secuaces, los matones de la CGT, según lo que fue todas las grabaciones y las escuchas de Rodolfo Walsh en torno al tema. Esto se da en el marco de este enfrentamiento entre la derecha y la izquierda del peronismo, donde se venían sucediendo cada vez más los hechos. Caían de un lado y caían del otro. Caían de ellos y caían de los nuestros. Nuestros locales eran ametrallados todo el tiempo, nuestros militantes masacrados. Lo de Ezeiza fue como un punto culminante. La decisión de actuar matando a uno de los que considerábamos responsables de la masacre de Ezeiza terminó con la muerte de Rucci y generó la agudización de lo que fue el enfrentamiento con Perón.
¿Por qué motivo Montoneros se clandestiniza en 1974?
En septiembre de 1974 Montoneros pasa a la clandestinidad. Ese fue otro gran error inducido por las circunstancias. También, decir hoy en día que fue un gran error, habría que retrotraerse y pensar. Por ejemplo, volviendo a lo de Rucci, después de la masacre de Ezeiza y también inclusive antes, las movilizaciones nuestras masivas, la gente de base, las agrupaciones, los militantes, todos cantaban: “Rucci traidor, a vos te va a pasar lo mismo que Vandor”. O sea, pedían la cabeza de Rucci. Por esta cosa que te digo que íbamos viviendo permanentemente las agresiones violentas de los desplazamientos, los tiroteos, de los sindicatos y de la ultraderecha, llámese CNU, CdeO, todo lo que después conformaron la Triple A. Esto lleva a que este nivel de enfrentamiento hace muy difícil de sostener las acciones legales. Yo era responsable de la JTP (Juventud Trabajadora Peronista) de Capital y miembro de lo que era la regionalidad responsable del local nacional de la JTP, vivía ahí prácticamente. Bueno, tiroteo, granada, cohete, lo que te podés imaginar. Yo supe unos días antes. La mayoría de los compañeros, que estaban en las agrupaciones, que estaban en una fábrica, que estaban en su lugar de trabajo se enteraron por los diarios.
¿Esos hechos significativos, los decidía sólo la cúpula montonera?
Si Fue un error. Primero una cosa que yo creo que también hay una constante en otra cosa que es de alguna manera un cierto desprecio de la Conducción de Montoneros en el fondo por la vida de los militantes de base.
¿Cómo se vivió en ese momento, dentro del Movimiento, la postulación de Isabelita como vicepresidente?
Nosotros como grupo, como tendencia revolucionaria, que era importante masivamente pero no su expresión en el partido nos opusimos a la formula Perón-Perón  y planteábamos una fórmula de unidad nacional que era Perón-Balbín, que era también medio irrealizable. Pero bueno, visto hoy a la luz de la historia lo que había sido el abrazo de Perón con Balbín, y la amenaza de los militares se veía como una cosa posible pero creo que era algo muy irrealizable. Igualmente nosotros nos resistimos totalmente a la formula Perón-Isabel, porque también estaba el tema del Brujo.
¿Qué provocó los cambios de visión de Perón?
Yo creo que hay varias razones, no hay una sola. Pero fundamentalmente yo creo que Perón tuvo un error de cálculo y pensó que podía manejar la situación con su capacidad de conductor sólo. Y en ese sentido no tenía un conocimiento cabal de cuál era la verdadera realidad, la situación acá. Después, su pensamiento era distinto por más que hubiera apoyado y utilizado el tema de las organizaciones armadas para presionar sobre los militares para llegar a las elecciones. Él, como un poco dijo en varias circunstancias, prefería el tiempo y no la sangre. O sea el planteaba un camino por otro lado. Camino que tampoco había que ver si hubiera podido ser posible. Porque en realidad, desde que los milicos tuvieron que entregar el poder empezaron a preparar el golpe de estado para volver a tenerlo. Lo entregaron en un momento determinado porque se le venía encima todo el pueblo, y la derrota y lo tuvieron que hacer pero sin entregar el poder real.
¿En qué año te detienen?
Yo caí en cana varias veces, pero poco tiempo. Pero cuando caí fue en abril del 75, mi detención más larga que fueron casi siete años. Hasta fines del 82.
¿Cómo te enterás que salís y cómo fue?
Ya se concedían algunas libertades. Más o menos ya sabias unos días antes que ibas a salir. La salida era una mezcla de ansiedad y también de no saber lo que iba a pasar cuando salía, una incertidumbre.
¿Vos sabías todo lo que pasaba afuera?
Sí, claro. Ya en ese momento no pasaba tanto. Ya se sabía gran parte de las cosas que habían pasado en la ESMA, los desaparecidos, por ahí no con tanto detalle e información como fue después del juicio a las Juntas pero se sabía todo lo que había pasado en líneas generales. Y todavía el poder lo seguían teniendo los milicos. Inclusive ahí todavía hubo una desaparición, o algún un hecho concreto. Pero digamos, mi sensación fue como entrar a otro mundo. Los olores, la calle. Al principio tenía medio de cruzar la calle, por los autos. Los primeros días que salí daba la vuelta a la manzana.
¿Qué diferencias había entre donde estuviste vos y un chupadero?
Donde estuve yo aun cuando la ley la hacían los milicos, la arbitrariedad, el objetivo era el mismo de destruirnos, el poder era enorme pero había todavía ciertas reglas y ciertas apariencias que debían de alguna manera mantenerse porque éramos públicos. Estábamos ahí con nombres y apellidos, teníamos familiares nos venían a visitar. El primer lugar era eso: tenías un contacto y un cable con la realidad. Tu familia te podía venir a visitar aunque sea una vez por semana o una vez por mes como era en Rawson. Igual te podían matar, te podían torturar, te podían cagar a patadas. Pero todo eso tenía otra repercusión. Inclusive las cárceles fueron visitadas por la Cruz Roja Internacional, la Comisión de Derechos Humanos de la OEA en el 78. En la medida que la dictadura llegada el punto tenia presión tanto de los yanquis, del Departamento de Estado, del organismo para que tratara de poner una cosa de normalización, parar con los movimientos por izquierda y demás, ahí estabas así. En los chupaderos el poder era total. El que estaba ahí dejaba de ser una persona, era un esclavo inclusive hasta los abusos sexuales, las torturas, todo eso y después era la ruptura con la realidad, con tus lazos familiares termina destruyendo toda esperanza de vida y ahí cuando se aniquila el ser humano.
¿A Victoria Walsh la conociste militando?
Si nos conocimos militando en el medio de prensa. Yo era delegado en el diario que trabajaba y ella también era delegada en La Opinión y bueno nos conocimos.
¿Cómo fue lo de tu hija Victoria?
Ella estaba con la madre en una reunión en una casa. Era muy difícil en ese momento moverse con los chicos. A veces se los podía dejar en algún lado pero era difícil hacerlo permanentemente entonces ella ese día estaba con Vicky y tenía 1 año y 2 meses y se quedó a dormir con ella y bueno estaba en el momento en que fueron rodeados, entraron a la casa, la pusieron debajo de un colchón en un baño para que se pudiera proteger y bueno.
¿Qué análisis haces sobre Firmenich?
Mi visión, francamente, es que es un ser despreciable. Esto independientemente de otros factores, tampoco es el chivo expiatorio. Somos responsables todos. Uno no puede decir la culpa de todo la tuvo Firmenich que era un hijo de puta, malo, feo y todos los demás éramos pobres boludos que no sabíamos lo que hacíamos. Entonces parte de toda esa mentalidad era la corresponsabilidad en eso. Ahora yo creo que hay una cosa que no se puede perdonar y es que después no haya habido una verdadera, sincera y profunda autocritica y un arrepentimiento, y una conciencia del daño hecho y la irresponsabilidad con que se condujo a los que eran conducidos, los militantes y demás. Entre ellos el tema de la contraofensiva y miles de temas más, no solamente eso. La soberbia sobre todo es el principal defecto, la principal miseria en alguien que debió haber estado, por lo menos, a la altura de las circunstancias. El Che por lo menos murió combatiendo y entonces hoy se puede juzgar de otra manera. Pero alguien que fue Comandante de la organización guerrillera más importante de América Latina en ese momento, donde miles de jóvenes y no tan jóvenes creían en él, terminar como un tendero que finalmente decimos, bueno se equivocó en un par de cosas y jamás hizo una profunda asunción de errores eso es lo más miserable y lamentable que hay.
¿Galimberti?
Galimberti era un condotieri. Era un tipo con muy pocos escrúpulos y muy hábil, inteligente, carismático y demás pero era un condotieri, un mercenario.
¿Qué crees del caso de Quieto, el juicio que le realiza Montoneros por delator y su condena a pena de muerte por parte de la agrupación?
Lo de Quieto es una cosa bastante compleja y complicada. Creo que era una gran persona con un montón de contradicciones y que sus contradicciones terminaron comiéndolo en un momento determinado. Más allá del tema después de que si traicionó o no traicionó, yo no lo creo. Yo no creo que haya traicionado, de todas maneras el no debió haber estado donde estuvo. Tampoco debió haber caído, el no debió haber caído preso nunca.
Lo de la delación ante la tortura era un tema muy importante en la agrupación. Hasta se llegó a implementar la pastilla de cianuro para combatir ese asunto. ¿Era imperdonable el soplo bajo tortura? ¿Ni siquiera entendible?
Ese tema es uno de los puntos más complejos y hay distintos momentos. En un momento determinado y sobretodo en el 74, a comienzos de todo esto, cuando se ve que el método de los milicos era el ciclo tortura-delación-caída, creo que más que nada ahí la respuesta de la organización fue la misma que lleva en otras circunstancias al aislamiento y la desaparición. En lugar de plantearse cómo enfrentar esa realidad a partir de la realidad hay una respuesta ideológica. Es decir un militante no puede quebrarse, si se quiebra es un traidor. Entonces es negar la realidad y la inmensa posibilidad a disposición que tienen para torturarte. Entonces, muchas de las cosas que la misma organización había establecido como normas, las fue ignorando. Y en definitiva es muy complejo el tema de las torturas y las reacciones que tienen distintas personas en las mismas circunstancias. El tema es que la respuesta al tema de la tortura no debió haber sido la cuestión de juzgamiento, y no haber pasado por esa cuestión ideológica que el que delata, o entrega algo, o no aguanta la tortura es un traidor.
¿Qué opinas del papel y el compromiso que asumieron los medios en aquellos años?
Yo creo que la prensa, los medios, en general, actuaron como el resto de la sociedad. Es decir, la mayoría fueron cómplices por miedo, por conveniencia, y en algunos casos por convencimiento. Creo que los grandes medios siempre fueron empresas con una visión y con un objetivo económico y de negocios, más que de luchar por la libertad, la expresión y demás. Creo que hay excepciones dentro de lo que fue la dictadura que dieron más o menos cuenta de lo que estaba ocurriendo como Buenos Aires Herald, curiosamente uno de los diarios más oligarcas que hay como el diario La Prensa cuyas páginas, algún columnista como Manfred Schönfeld que era tan liberal que luchaba por el respeto a las libertades, denunciaba y sacaba los habeas corpus. Pero después creo que los medios en general actuaron de la misma manera que actuaron siempre. Algunos con una visión y una militancia permanente recalcitrante, junto a los factores de poder: La Nación, vinculada siempre a la oligarquía ganadera y Clarín, que no tenía el poder que tuvo después, pero que siempre fue un medio importante vinculado a los sectores desarrollistas. Frente a eso existió la empresa independiente, la empresa clandestina, que a pesar de todo fue luchando para que se conocieran y trascendieran lo que estaba pasando. Y algunas voces que tuvieron la valentía de poder denunciar. Era muy difícil hacerlo en el país, no te olvides que los milicos secuestraron y mataron a directores de diarios, como Rafael Perrota (El Cronista Comercial), Edgardo Sajón (La Opinión), miembros que integraban el círculo social de los mismos militares.
Uno de los íconos de esto, de levantar la voz, fue Rodolfo Walsh. ¿Cómo era él?
Rodolfo, en mi visión, en mi recuerdo, era un tipo callado, discreto, cálido y al mismo tiempo distante. Siempre pensando lo que decía, y de alguna manera diciendo lo que pensaba con un gran nivel de inteligencia y también un nivel de simpleza importante. Entonces yo creo que Rodolfo Walsh, el Rodolfo Walsh que se arma de él no se lo creería.

11 comentarios:

  1. Está bien. El personaje es muy muy bueno.

    ¿El audio?

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  2. Si, yo creo que Rodolfo Walsh tampoco se la creería.

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  3. Si, yo creo que Rodolfo Walsh tampoco se la creería.

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  4. QUIERO SABER SOBRE LA HIJA DE VICKY

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    1. http://edant.clarin.com/diario/96/10/31/T-01601d.htm
      ese link es una nota del año 1996 donde algunos familiares, incluida Victoria Costa Walsh, reciben una indemnizacion. Tenia 21 años en ese momento. pero no encuentro mas informacion sobre ella

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  5. Vicky fue un ejemplo de entrega y compromiso en un momento terrible para el campo Popular. Este tipo no le llega a la suela de sus zapatos. con que complaciste a los Milicos para safar?
    ¿¿Como sobreviviste ??

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    1. CREO QUE EL TIPO ES UN CUADRO.PERO TIENE ESE LAPSUS PRESO...LO DIGO CONOCIENDO EX PRESOS COMPAÑEROS

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  6. Leí que el padre era brigadier (se enfrentó a Aramburu para que llame a elecciones) y por eso pudo estar como preso blanqueado. Además fue detenido en 197 y hasta 1982.No lei nada referido a traición

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  7. Así fue...y es...un cuadro de nuestro movimiento revolucionario pero preso

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